Absurdos Días
Madre,
en días absurdos
llevo
flores de plástico
a tu
nuevo aposento,
tu voz
reanima la tarde sin arreboles,
y el
teléfono dormido sigue
en tu
ausencia.
Si, la
soledad no le asienta
a esta
pajarita malcriada
han
caído sobre mí
los dos
faroles que alumbraban
mis
ventanas.
La mala
racha posee dos caras,
me
dirías sonriente,
y tu voz
se encoje paralizando
las
palabras,
exclamarías
tan reposada
y mis
horas se tardan sin tus sabias charlas.©
Lizbeth
Aedo Castillo/ Mony Delyz
Comentarios
Publicar un comentario